EL DON DEL
SACERDOCIO.
Hermanos sacerdotes, diáconos y
seminaristas.
Ya no los llamo siervos... los
llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre (Jn.15,15).
El n. 3 de Presbyterorum
ordinis, nos ofrece un pequeño compendio de teología sobre el sacerdocio,
sacado de la Carta a los Hebreos (Cfr. Hb.5,1-10). Afirma que «Los presbíteros
han sido tomados de entre los hombres y constituidos en favor de los hombres
para las cosas que se refieren a Dios... y viven pues en medio de los demás
hombres como hermanos en medio de los hermanos...No podrían ser ministros de
Cristo si no fueran testigos y dispensadores de otra vida distinta de la
terrena, pero tampoco podrían servir a los hombres, si permanecieran extraños a
su vida y a su condición" . Sobre esto tres reflexiones:
1.-TOMADOS
DE ENTRE LOS HOMBRES:
Un sacerdote no se entiende sin sus raíces, siempre será un hombre de la familia,
del pueblo y de la cultura que lo generaron, nuestras raíces nos ayudan a
recordar quiénes somos y de dónde Cristo nos llamó. Los sacerdotes no caemos
del cielo, Dios nos ha llamado de "detrás del rebaño", nos ha tomado “de entre los hombres”, para constituirnos “en
favor de los hombres”. Por eso a los sacerdotes nos hace mucho bien no olvidar
jamás nuestro origen como personas es decir nuestra familia y nuestro pueblo; y
como sacerdotes: y la Santa eucaristía y nuestra
familia sacerdotal.
Hay que volver a nuestros
orígenes como personas y como sacerdotes, hay que recordar a nuestros abuelos y
a nuestros tíos, a nuestros padres y hermanos, las fiestas y las costumbres,
las lágrimas y las alegrías que fueron dando forma al tesoro que llevamos en
vasijas de barro. Si nos da vergüenza nuestro pasado, si negamos nuestra
historia, nos hará mucho bien recordar la genealogía de Jesús, celebrar la
Santa eucaristía, sentir nuestro cuerpo y sentirnos cuerpo de Cristo ...Y luego
cantar el magnificat.
2.-CONSTITUIDOS
EN FAVOR DE LOS HOMBRES.
Aquí hay un punto fundamental
de la vida y del ministerio de los presbíteros. "Constituidos a favor de
los hombres" respondiendo así, a la vocación a la que hemos sido llamados,
para servir a Dios en los hermanos como sacerdotes. Las imágenes mas sugestivas
para descubrir la alegría y la belleza de ser sacerdotes a la manera de Jesús, son entre otras: La imagen
de "Jesus Sumo y Eterno Sacerdote”, cercano a Dios y cercano a los
hombres; la imagen de “Siervo”, que lava los pies y se hace próximo a los más
débiles; y la imagen del “Buen Pastor”, que siempre tiene como fin el cuidado
del rebaño y dar la vida por sus ovejas. No somos sacerdotes para nosotros
mismos, nuestra santificación está estrechamente vinculada a la de nuestro
pueblo y nuestra unción a su unción: hemos sido ungidos para servir a nuestro
pueblo. Saber y recordar que estamos “constituidos para el pueblo santo de Dios, nos ayuda a tener autoridad sin ser autoritarios, firmes
pero no duros, alegres pero no superficiales, en definitiva, pastores, no
funcionarios. Como decía san Ambrosio, en el siglo IV: “Donde está la
misericordia está el espíritu del Señor, donde hay rigidez solo están sus
ministros”. El ministro sin el Señor se vuelve rígido, y esto es un peligro
para el pueblo de Dios. Pastores, no funcionarios.
3.-EN
MEDIO DE LOS DEMAS.
Finalmente, lo que del pueblo
nació, con el pueblo debe permanecer; el sacerdote está siempre “en medio de
los demás hombres”, el sacerdote no es un profesional de la pastoral o de la
evangelización, que llega y hace lo que debe –quizá bien, pero como si fuese un
oficio– y luego se va a vivir una vida separada. No, se es sacerdote para estar
en medio de la gente: la cercanía. Hemos sido llamados a ser sacerdote para estar en
medio de la gente. El bien que los sacerdotes podemos hacer, nace sobre todo de
nuestra cercanía y de un sincero amor por las personas. No como filántropos o funcionarios, sino como padres y hermanos. La paternidad de un
sacerdote hace mucho bien. Cada vez que nuestros fieles nos llaman padres nos
entregan el sueño de Jesús, nos manifiestan lo que andan buscando y nos
recuerda lo que estamos llamados ha ser: padres misericordiosos como nuestro
Padre es misericordioso". Este el principio fundamental de la actuación de
Dios y de Jesús, y que debe serlo también se sus sacerdotes y de la Iglesia. Que así sea.
+Fidencio.
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Los sacerdotes de la diócesis se congregaron en la catedral de San Andrés Tuxtla para celebrar la Eucaristía para la consagracion de los áleos sagrados y santo crisma . |
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Monseñor Fidencio López Plaza V Obispo de la Diócesis de San Andrés Tuxtla preside la eucaristía hoy miércoles santo. |
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El santo crisma están compuestos de aceite de oliva, al que se añade bálsamo cuyo aroma representa el suave aroma de la vida cristiana. |
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El momento crucial en donde nuestro V obispo consagra el santo crisma y los óleos sagrados. |
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Nuestro Obispo distribuye el santo crisma en los recipientes |
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Cada párroco elige algunos miembros de la iglesia, para hacer acto de presencia y recibir el santo crisma y los óleos sagrados. |
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Cada miércoles santo de cuaresma, los obispos consagran el santo crisma y los óleos sagrados. |
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