SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS (CICLO A)
1 de noviembre
Salmo responsorial (sal 23)
R: Ésta es la clase de hombres que te buscan, Señor.
L: Del Señor es la tierra y lo que ella tiene,
el orbe todo y los que en él habitan,
pues Él lo edificó sobre los mares,
Él fue quien lo asentó sobre los ríos.
R: Ésta es la clase de hombres que te buscan, Señor.
L: ¿Quién subirá hasta el monte del Señor?
¿Quién podrá entrar en su recinto santo?
El de corazón limpio y manos puras
y que no jura en falso.
R: Ésta es la clase de hombres que te buscan, Señor.
L: Ése obtendrá la bendición de Dios,
y Dios, su salvador, le hará justicia.
Ésta es la clase de hombres que te buscan
y vienen ante ti, Dios de Jacob.
R: Ésta es la clase de hombres que te buscan, Señor.
CONMEMORACIÓN A TODOS LOS FIELES DIFUNTOS
2 de noviembre
Salmo responsorial (sal 26)
R: Espero ver la bondad del Señor.
L: El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién voy a tenerle miedo?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién podrá hacerme temblar?
R: Espero ver la bondad del Señor.
L: Lo único que pido,
lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida,
para disfrutar las bondades del Señor
y estar continuamente en su presencia.
R: Espero ver la bondad del Señor.
L: Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión.
El corazón me dice que te busque
y buscándote estoy.
No rechaces con cólera a tu siervo.
R: Espero ver la bondad del Señor.
L: La bondad del Señor espero
ver en esta misma vida.
Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía.
R: Espero ver la bondad del Señor.
XXXI DOMINGO ORDINARIO (CICLO A)
5 de noviembre
Salmo responsorial (sal 130)
R: Señor, consérvame en tu paz.
L: Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos soberbios;
grandezas que superen
mis alcances no pretendo.
R: Señor, consérvame en tu paz.
L: Estoy, Señor, por lo contrario,
tranquilo y en silencio,
como niño recién amamantado
en los brazos maternos.
R: Señor, consérvame en tu paz.
L: Que igual en el
Señor esperen
los hijos de Israel,
ahora y siempre.
R: Señor, consérvame en tu paz.
XXXII DOMINGO ORDINARIO (CICLO A)
12 de noviembre
Salmo responsorial (sal 62)
R: Señor, mi alma tiene sed de ti.
L: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco;
de ti sedienta está mi alma.
Señor, todo mi ser te añora
como el suelo reseco añora el agua.
R: Señor, mi alma tiene sed de ti.
L: Para admirar tu gloria y tu poder,
con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia;
siempre, Señor, te alabarán mis labios.
R: Señor, mi alma tiene sed de ti.
L: Podré así bendecirte mientras viva
y levantar en oración mis manos.
De lo mejor se saciará mi alma.
Te alabaré con jubilosos labios.
R: Señor, mi alma tiene sed de ti.
XXXIII DOMINGO ORDINARIO (CICLO A)
19 de octubre
Salmo responsorial (sal 127)
R: Dichoso el que teme al Señor.
L: Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos:
comerá del fruto de su trabajo,
será dichoso, le irá bien.
R: Dichoso el que teme al Señor.
L: Su mujer como vid fecunda,
en medio de su casa; sus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de su mesa.
R: Dichoso el que teme al Señor.
L: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor:
“Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida”.
R: Dichoso el que teme al Señor.
SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCIRSTO, REY DEL UNIVERSO
26 de noviembre
Salmo responsorial (sal 22)
R: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
L: El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas
me conduce para reparar mis fuerzas.
R: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
L: Preparas una mesa ante mí,
en frente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume
y mi copa reboza.
R: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
L: Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
R: El Señor es mi pastor, nada me faltará.
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